¿Sabias sobre el transbordador espacial "Challenger"?
- Adair Castro
- 20 jun 2022
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 22 jun 2022

Un dia 28 de enero de 1986, a las 11:38 de la mañana, hora local de Florida, el transbordador espacial Challenger exploto sorprendiendo a todos mientras estaba ya en el aire, con un poco mas de un minuto de haber despegado desde la base de Cabo Cañaveral en Florida, Estados Unidos. El lanzamiento estaba siendo retransmitido en directo a todo el país americano porque se trataba de la primera misión de un nuevo programa, "Teachers in Space" (profesores en el espacio), mision en la cual se tenia confianza en poder traer de vuelta la atención del público estaunidense y mundial hacia el programa espacial tripulado.
Lo que no se tenia planeado para esta msion era que los espectadores acabaran viendo fuera uno de los peores accidentes en la historia de la astronáutica, y el primero que sufría la NASA desde el accidente donde un incendio que acabó con las vidas de los tripulantes de la mison Apolo I, el 27 de enero de 1967. La misión STS-51L, de hecho, terminó poniendo a la agencia en una situación muy muy delicada porque se la acusó a la NASA de haber fomentado una cultura interna en la que no habia preocupación por todo lo que podria pasar por la seguridad de las misiones y, en última instancia de sus porpios astronautas.
La misión del Challenger
La misión STS-51L fue la 25 del programa del transbordador espacial, iniciado en 1981 con el objetivo de disponer de un vehículo reutilizable que redujera los costes de acceso al espacio y aumentara los viajes fuera del planeta. De las tres partes que componían el sistema completo, dos de ellas (el orbitador y los motores de propulsión sólida) fueron reutilizadas para las misiones posteriores previstas para este nuevo programa espacial, mientras que la tercera (el depósito de combustible externo) se construyó una nueva. para cada uno. El Challenger era el segundo de los transbordadores que la NASA había construido para su programa STS, después del Columbia, pero su fiabilidad lo convirtió en el más utilizado por la agencia aeroespacial, incluso después de tener listos los transbordadores Discovery y Atlantis. Entre su primer vuelo, en 1983, y el accidente de 1986, había volado nueve misiones, incluido el 85% de todas las misiones del programa en 1983 y 1984. Esto pone de manifiesto uno de los problemas que los transbordadores nunca lograron resolver. El objetivo del programa era reducir el costo de ir al espacio: no volaban con la frecuencia suficiente para hacerlo.

La brutal presión para que la agencia tratara de enviar sus misiones al espacio lo más rápido posible de todos modos, provocó en parte que varios síntomas, señales, que algo no andaba bien, no recibieran la atención necesaria. Con un año completo por delante de los vuelos programados y una acumulación considerable sobre el programa ya acumulado, había una gran necesidad de llevar el Challenger al espacio, incluso frente a condiciones climáticas tan difíciles y peligrosas. Ante esta situación, y con el añadido de la gran exposición mediática que había recibido la misión STS-51L por la presencia de McAuliffe, la previsión meteorológica para el 28 de enero en Florida no fue recibida con mucha alegría. La tarde anterior, los ingenieros de Thiokol, que estaban construyendo los propulsores de cohetes sólidos (SRB) situados a ambos lados del orbitador, mantuvieron una conferencia telefónica con la NASA para expresar su preocupación por las bajas temperaturas previstas para el despegue, de -1º C. Hacía demasiado frío para las juntas tóricas que sellaban las diferentes etapas de los SRB. Los ingenieros no podían garantizar su elasticidad ni su resistencia a los rigores de presión y temperatura del lanzamiento en estas condiciones climáticas, pero la presión por no retrasar más la misión acabó imponiéndose y la NASA aprobó el lanzamiento del Challenger. Lo que sucedió a continuación se pudo ver en la televisión de todo el mundo. El transbordador despegó del complejo de lanzamiento 39B a las 11:38 hora local y todo parecía ir bien. A los 73 segundos, sin embargo, se puede ver en las grabaciones cómo aparece una columna de humo en uno de los SRB y, acto seguido, el Challenger explota.
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